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Sinopsis: El Breviari d'Amor, escrito originalmente en provenzal por el monje franciscano Matfre Ermengaud de Béziers entre los años 1288 y 1292, y traducido al valenciano (probablemente por Guillem de Copons) cien años más tarde, tuvo en la Europa occidental una rápida y continuada aceptación a lo largo de toda la Edad Media. Pero donde realmente fue un libro predilecto de muchos bibliófilos y hombres cultos es en Francia y en la Corona de Aragón. El Breviari es traducido en unos años en que el esplendor inmediato que iban a conocer las letras valencianas empieza a ser bien patente. De ahí que la traducción de este libro al valenciano pueda interpretarse también como un homenaje a la rica literatura occitana que tanto había influido en los primeros poetas del Reino de Valencia y que en estos últimos lustros del siglo XIV estaba siendo avasallada por la lengua francesa. Por otra parte, viene a poner de manifiesto una vez más los estrechos lazos y las profundas afinidades culturales existentes entre la Corona de Aragón y las tierras de Occitania. Tampoco debemos olvidar que la espiritualidad franciscana inspiradora del Breviari gozó siempre de simpatías entre la Corona de Aragón en forma de lulismo. Entre los lectores y admiradores del libro se contaban gentes como el poeta Pere March, el rey Juan I y, cómo no, ese insigne bibliófilo llamado Alfonso el Magnánimo. Es un Breviari porque el autor rehúye deliberadamente hacer un Opus Major o una enciclopedia exhaustiva y prolija, y es d'Amor porque para el autor este concepto es el que define a Dios, el cual, con este amor (creador), rige y gobierna a todos los seres y cosas que ha creado. Por consiguiente, a lo largo del libro son estudiados todos los saberes que tienen relación con el hombre y con las cosas de éste. La astronomía, la historia natural, la astrología, la meteorología, la física, la geografía, la teología y la moral son explicadas en forma de narraciones breves coloreadas con toda suerte de recursos retóricos y lingüísticos que hacen que cualquier tema quede revestido de una gracia especial que nosotros percibimos mucho más acentuada en cuanto lectores de una obra que iba destinada a lectores y/o espectadores de hace seis centurias. Donde más agudo se manifiesta el ingenio del autor es cuando satiriza a algún sector de la sociedad. Médicos, labradores, juglares, reyes, administradores, mujeres, jugadores, burgueses… son pasados a través de una irónica, y a menudo profundamente exigente y siempre mordaz, criba. La simbología a que el autor recurre para describir los males de un modo convincente es verdaderamente asombrosa y su lectura constituye un placer total si la acompañamos de un análisis detallado de sus abundantes y deliciosas miniaturas. Este ejemplar es el que se conserva en la Biblioteca Nacional de España (en Madrid), donde llegó tras azaroso viaje secular que empezó en 1426 en Valencia y finalizó en la Biblioteca del conde-duque de Olivares, de donde pasó a la Biblioteca Real (hoy Nacional). |
Clasificación IBIC: |
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AC Historia del arte/estilos de arte y diseño |
HRAX Historia de la religión
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HBTP Geografía histórica |